Los últimos 2 años han traído al mundo de rodillas. Nos reconfortamos con las entregas de comida, las llamadas de Zoom, la ropa de cama y... los libros viejos.
No entendía cómo y por qué la gente releía libros. Hay millones de materiales nuevos esperando a que se les preste atención. Solía preguntarme por qué la gente pierde horas con un libro que ya ha leído antes.
Después de probarlo yo mismo, esto es lo que descubrí: la familiaridad trae comodidad.
Los grandes libros envejecen como el buen vino. No importa lo viejos que sean, sus lecciones siguen siendo verdaderas. A veces, tenemos que llegar a una cierta edad para entender finalmente el mensaje.
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